Agradecemos a Manuel Urenda por habernos compartido su experiencia. Él nos platica que todo comenzó una tarde en la que un amigo suyo se encontró tirada en la calle una figura de bulto de la Santa Muerte. Manuel le sugirió que la dejara donde la había encontrado, pues desconocían el porqué esa figura había sido abandonada. El problema, es que el amigo de Manuel la lanzó lejos con de una patada.